Abril, el mes de Afrodita

Ciclos en el alma

Abril es el mes más cargado de simbolismos. Suele coincidir con la celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo, mientras que su nombre remite a una Diosa de la antigüedad muy especial.

La palabra Abril deriva del latín aprilis y esta a su vez del griego aphrôs que significa espuma. Si te gusta la mitología sabrás que para los griegos la Diosa Afrodita nació de la espuma del mar, de ahí su nombre, y al parecer también del cuarto mes del año.

Además según la astrología Abril da comienzo a la temporada Tauro, signo regido por Venus, que es la Afrodita Romana.

Todas las simbologías de Abril traen la presencia de la Diosa. Incluso la muerte y resurrección del Cristo está relacionada con antiguos mitos del hijo divino, que en el caso de Afrodita es Adonis, cuya muerte hace crecer la vegetación, lo que se interpretaba como su resurrección.

Afrodita representa mucho más que el deseo sexual o el amor romántico. Proviene del momento de la creación en que el cielo y la tierra se separan dejando espacio para la vida. Sus animales representan tanto el cielo (ocas y cisnes), como el mar (delfines) y la tierra (el macho cabrío).

El nacimiento de Afrodita inaugura la vida.

Gracias a la misoginia homérica y de los círculos cultos exclusivamente masculinos de la Grecia clásica, nos llega una imagen de las distintas diosas del panteón olímpico cargada de frivolidad. Esos relatos pretendieron vaciar de sacralidad el principio creador femenino para degradar a las mujeres.

No lo consiguieron y además a nuestros días han llegado las pruebas que nos permiten reconstruir la verdadera historia de Afrodita, nacida en Chipre en el segundo milenio antes de Cristo, heredera de Vírgenes aún más antiguas provenientes de Oriente.

Dentro de la psique de cada persona habita una Afrodita simbolizando  la unión del cielo y la tierra, el reencuentro de lo dual que a través de la unión amorosa de dos cuerpos, o de la muerte, vuelve a ser uno, regenerando la vida.

Afrodita es la Virgen arquetípica cuyo cuerpo autofecundante renueva la vida psíquica continuamente. Traerla a la conciencia nos permite purificarnos y sanar. Para eso sólo necesitamos aprender a amar nuestro cuerpo y nuestras emociones.

La experiencia interna de Afrodita es el amor en estado puro. Amor es la sustancia divina que impregna todo lo vivo.

En Abril y Mayo celebramos la belleza de la vida, que se abre como las flores. Al evocar a la Diosa nos hacemos conscientes de lo divino inmanente, de la sacralidad de la naturaleza y de nuestro propio cuerpo que también es naturaleza.